Por segundo año consecutivo, la Feria del Libro de Artista MASQUELIBROS vuelve a la Biblioteca Pública Municipal Eugenio Trías, antigua Casa de Fieras, en el Parque del Buen Retiro de Madrid. Los días 20, 21 y 22 de mayo de 2016 regresaremos con nuestra 5ª edición a la biblioteca que tan bien nos acogió el pasado año. Al celebrar la feria en una biblioteca, queremos recuperar ese diálogo que siempre nos cautivó entre el libro tradicional, soporte de historias y conocimiento, y el libro de artistas, que reflexiona de manera estética acerca del objeto-libro.
La
Casa de Fieras fue diseñada por el arquitecto Isidro González Velásquez,
tomando como referencia un proyecto previo de Inocencio Ladrón de Guevara. Data
del año 1830, y la orden de su construcción se debe al monarca Fernando
VII, como complemento del “Gabinete Real
de Ciencias Naturales”, para la
contemplación de los animales salvajes y
las aves
que se alojaban en sus instalaciones. En esa época, en torno al año
1830, la Casa de Fieras tomaba el relevo a otra construcción anterior de igual
uso, que estuvo situada en uno de los extremos de los Jardines del Buen Retiro,
concretamente junto a la antigua Puerta de Alcalá. Era lo que los madrileños
conocían con el nombre de La Leonera, considerado primer zoológico de Madrid. El edificio
principal que hoy ocupa la biblioteca estaba dividido en dos plantas: en la
inferior se hallaban las jaulas para los felinos y otros animales exóticos,
como hienas o chacales. Por su parte, en la superior se habilitaron
dependencias para la familia real y sus huéspedes, así como una importante
colección de animales disecados. Esta planta, ricamente amueblada, contaba, según
las crónicas, hasta con un retrete para invitados.
La
nueva biblioteca municipal madrileña inaugurada en abril de 2013 conjuga pasado
y presente: es la magia de una acertada rehabilitación arquitectónica de un
espacio que fue mítico durante el siglo XX de nuestra ciudad. En los años 70,
los 1336 animales que hasta entonces habían habitado el espacio fueron
trasladados al actual Zoo de la Casa de Campo y quedó libre una construcción
magnífica a la que había que buscar un nuevo uso para la nueva etapa democrática.
La biblioteca en un
principio se iba a llamar Biblioteca Casa de Fieras, pero se le añadió el
nombre de Eugenio Trías en homenaje al prestigioso filósofo, considerado por la
crítica el pensador español más importante desde Ortega y Gasset. Consta de dos
plantas, más un edificio adyacente que actúa como salón de actos con gran
aforo. Espacios cien por cien accesibles dedicados a su público y al servicio
bibliotecario, ofreciendo salas de lectura y consulta, salas de préstamo,
juveniles, infantiles, salas especializadas y de grupos, Internet… Uno de los
aspectos más destacables de este edificio es la versatilidad que tanto espacio
ofrece para distintos usos y sus posibilidades de aplicación: por ejemplo,
celebrar un encuentro como MASQUELIBROS. Por su localización privilegiada, este
espacio se llena diariamente de lectores, transeúntes y curiosos.
Jaime
Nadal y Sebastián Araujo fueron los arquitectos responsables de dotarle a la
Casa de Fieras una nueva vida destinada a los libros. Donde antes había jaulas
de panteras, ahora hay cubículos de cristal donde enfrascarse en la lectura de
otras vidas mientras se contempla el verdor del Parque del Buen Retiro. El
éxito de la ampliación recae en gran medida en sus materiales: acero, madera y
cristal. Los libros tradicionales como soporte del conocimiento de la Humanidad
y los libros de artista de MASQUELIBROS como sujetos de creación contemporánea
convivirán durante estos días en un entorno privilegiado de luz. Este edificio
histórico está absolutamente integrado en la exuberante vegetación del parque,
de tal manera que, a través de los ventanales, todo es inmensa naturaleza. Se
trata de un espacio que, a la vez que conocidísimo por su historia,
monumentalidad y situación privilegiada en el centro de la ciudad, justo al
lado de lo que llamamos el Paseo del Arte Madrileño –la arteria vertebradora
entre el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, el Museo del Prado y el
Museo Thyssen-Bornemisza-, ofrece ya sea al turista, al caminante sin destino o
al lector un espacio de silencio y refugio.