ENTREVISTA A MATEO MATÉ



Por Raquel Moraleja
 
Mateo Maté es uno de los artistas mejor valorados en nuestro tiempo y con mayor proyección dentro y fuera de nuestro país. Ha expuesto en museos y galerías de arte del mundo entero, y en esta edición de MASQUELIBROS tenemos el placer de contar con él como artista invitado, tomando el relevo del año pasado con Pilar Lara. Maté ha dedicado a lo largo de su obra un lugar especial al libro-objeto, convirtiéndose en vehículo de estética, de ideas, de lenguaje... En su obra Arqueologías del saber que podremos ver el próximo fin de semana, Maté reflexiona acerca de cómo lo que leemos configura nuestro pensamiento y nuestra forma de ser y estar en el mundo.

- Somos lo que leemos”. ¿Qué significan los libros para Mateo Maté?

Somos lo que percibimos y como lo procesamos. Todas las artes enriquecen la mirada o la forma de ver y percibir el mundo. Amplían el rango o espectro de nuestro conocimiento. Las artes te enseñan a sentir más. Los libros te transportan a otras mentes; los autores te hacen partícipe de sus experiencias.



- ¿Y cuáles son los que más le han marcado?

Hay libros y autores para todas las épocas de la vida. Hay libros para todas las épocas. Leo tanto ensayo como literatura. Todos los años leo varios con los que aprendo mucho.



- ¿Determina la manera de ser de una persona la literatura y la información que consume?

Sin duda cada persona estructura su manera de pensar y desarrolla opiniones a base de la información que recibe. Yo distinguiría entre información y literatura. Con la información intentamos hacernos una idea “fiel” de lo que ocurre en el mundo. Con la literatura intentamos ver o comunicarnos otros mundos posibles u otras formas de interpretarlo.



- ¿Nos mienten o nos dicen la verdad?

Las dos cosas pueden ser.  Nos mienten y, por comodidad o complicidad, nos dejamos. Nos muestran una verdad y no la queremos ver. Desde luego si como fuente de información solo usamos los medios de comunicación de masas nuestras opiniones van a ser las que otros quieran que sean. Nuestra opinión va a ser dirigida. La mayoría de las personas prefieren esta opción. Eligen los medios de comunicación que les muestran el mundo como ellos creen que tiene que ser.

En este momento las fuentes de información son ingentes. Todos podemos contrastar y comparar lo que nos ofrecen. ¿Cómo elegir entre tanta oferta? Ese es otro problema.


- ¿Se puede ver el mundo a través de las palabras?

¿Cómo si no nos vamos a comunicar las experiencias unos humanos a otros? Sin palabras solo veríamos una realidad, la nuestra.



- ¿Qué posibilidades ofrece un libro como soporte artístico?

Cada libro es como un mundo. No tiene la misma carga simbólica un catálogo del Museo del Prado que Cien años de Soledad. Un solo libro puede poseer la carga simbólica de todos los libros.



- ¿Se podrá hacer arte con los e-books?

Con un e-book si que puedes tener todos los libros.



- ¿Qué papel juega lo cotidiano en el arte?

A lo largo de los siglos lo cotidiano a estado presente en todas las expresiones artísticas. Yo entiendo el mundo a través de lo cercano y cotidiano. Lo que veo en los medios de comunicación me es muy lejano.



- ¿Y qué papel juega el arte en la sociedad –española- actual?

Vivimos una época de economistas y éstas son malas épocas para la cultura. Todos los ciudadanos, desde los dirigentes hasta los parados (unos por exceso y los otros por defecto) sólo se preocupan por consideraciones de orden económico. Esta ha sido la gran victoria del liberalismo capitalista; ha convertido todo el discurso social en discurso económico. Incluyendo la sanidad, la cultura, la educación y por supuesto la religión.

El papel del arte es el de siempre, el de la resistencia. Lo que tenemos que hacer los artistas es: cuestionar, cambiar, investigar, opinar y generar tensiones estéticas y poéticas. Crear muchas y divergentes maneras de ver y describir el mundo. Un artista tiene que proponer ideas y que ellas mismas sigan su curso, ya encontrarán su impacto, aunque sea mínimo. No hay que temer ser tachado de elitista. En una sociedad democrática hay que reclamar el derecho de opinar minoritariamente.

Creo que la labor de un artista no debe de tener un fin social, quizás tenga un destino social. Ese es un valor añadido por los demás a un mero acto de resistencia, supervivencia y aprendizaje individual como es el arte. Así pues el fin del arte no debe de ser comprensible. No debe de ser ni propaganda política ni inmoralidad. Su fin no puede ser ni el de agradar ni el de irritar, que es otra forma de agradar. Cuando yo estoy hablando sobre la finalidad del arte en nuestra sociedad estoy haciendo la labor de un sociólogo y no la de un artista.



- ¿Qué piensas de la iniciativa de la feria MASQUELIBROS?
En las grandes ferias las obras delicadas o incluso pequeñas no llaman la atención o no se ven.
Las obras con libros pueden ser pequeñas grandes obras. 
Un espacio especializado sin duda  es un atractivo.